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Desde que en los años noventa se diera el pistoletazo de salida, la investigación en traducción audiovisual no ha hecho sino crecer de forma exponencial, prestando atención a la amplia diversidad de modalidades que conviven bajo el paraguas de esta denominación. La monografía que reseñamos, compuesta por un total de once capítulos, es una muestra más de que se trata de un campo aún en plena ebullición, que ofrece al investigador líneas de trabajo en las que encuentran cabida distintos enfoques y sensibilidades. Aunque los capítulos no están organizados en bloques temáticos, vamos a agruparlos para intentar reflejar cuáles son los focos de atención en los que parecen centrarse.

El primer aspecto en torno al que varios autores han articulado sus propuestas responde a un enfoque sociológico que abarca la TAV y específicamente el doblaje. Así, la obra se abre con un trabajo firmado por Frédérique Brisset, en el que la autora explora las dificultades a las que se enfrenta actualmente el doblaje por tener que navegar en un terreno en el que operan tendencias contradictorias. Por un lado, se sitúa el funcionalismo y la atención al público meta, que parecen haber caracterizado históricamente el enfoque de la traducción audiovisual y, por otro, el deseo de que los productos audiovisuales reflejen dos conceptos que gozan de buena reputación en nuestros tiempos: los de cosmopolitismo e interculturalidad. El doblaje, a la vez vector y testigo de la cosmopolitización de nuestras sociedades, se ve forzado a buscar equilibrios a veces sutiles y que en la práctica lo acercan más a una concepción que sigue estando centrada en el público meta.

El segundo capítulo, a cargo de Candela Cabanillas, se sitúa igualmente en una perspectiva sociológica, desde la que explora cómo se ha tratado la representación de los sociolectos y la identidad en los redoblajes. Las conclusiones de su análisis sugieren que, a pesar de contar con una retraducción, los productos audiovisuales traducidos siguen primando la naturalidad en el texto meta y, por tanto, omiten la representación étnica y sociolectal de determinados grupos, empobreciendo notablemente las versiones dobladas.

Otro de los trabajos que se sitúan dentro de este bloque es el firmado por Yves Gambier y Haina Jin. Ambos autores abogan por la creación de equipos de trabajo necesariamente interdisciplinares que puedan llevar a cabo una investigación comparada y conectada a nivel global sobre historia de la TAV. Esto nos permitiría tener una imagen más completa de cómo ha ido evolucionando la TAV en una época determinada, qué factores han intervenido en esa evolución y cómo esto ha afectado a traductores, usuarios y agentes de la industria cinematográfica, entre otros.

El análisis llevado a cabo por Julio de los Reyes Lozano, finalmente, centra su atención en la situación actual del doblaje en Francia, excepción dentro de los países dobladores en cuanto a la cadena de profesionales que participan en el doblaje y los procedimientos técnicos utilizados, con su característica bande rhytmo. A tenor de los resultados del análisis, el panorama para los traductores franceses no es muy halagüeño, a pesar del crecimiento exponencial del volumen de trabajo debido a la llegada de las plataformas de video bajo demanda. La necesidad de flexibilidad en un mercado siempre cambiante parece ser la nota dominante.

El segundo foco de atención que ha concitado el interés de los investigadores que participan en esta obra colectiva es la modalidad del subtitulado. De este modo, el trabajo de Yasmine Hamza se fija en el concepto de pertinencia pragmática y aboga por un análisis multisemiótico que incluya explícitamente los componentes visuales del texto. Esto permitirá, según la autora, localizar macrounidades y microunidades de sentido y guiar así mejor las decisiones de traducción. Olli Philippe Lautenbacher, por su parte, lleva a cabo un estudio sobre la utilidad de los distintos tipos de subtitulado (intralingüístico e interlingüístico), incluyendo también en la ecuación la opción de la ausencia total de subtitulado, para averiguar cuál de las tres facilita más la adquisición de competencias léxicas por parte de los estudiantes de una segunda lengua. Los resultados parecen corroborar investigaciones anteriores y apuntan a la subtitulación intralingüística como la más eficaz para este objetivo específico. Finalmente, dentro del bloque del subtitulado, Kagiso Jacob Sello se interesa por la posibilidad de aplicar esta modalidad de traducción a la programación de una cadena de televisión pública como instrumento para la inclusión social y la visibilidad de las lenguas minoritarias en Bostwana, un país que se caracteriza por no contar con una política lingüística a nivel nacional que defienda las lenguas indígenas.

Un tercer y último bloque lo conforman los trabajos relacionados con los videojuegos y los cómics. El artículo firmado por Alicia Casado Valenzuela y María Asuncion Arrafat Pérez de Zafra explora el uso didáctico de los videojuegos en la adquisición de competencias relacionadas con la lengua japonesa y la traducción. Las autoras argumentan que se trata de un instrumento pedagógico que facilita la adquisición de competencias lingüísticas y traductoras mediante el aprendizaje implícito, que sitúa a los estudiantes antes textos específicamente elegidos en función de las (sub)competencias que se desean trabajar. Ana Compañy Martínez, por su parte, se adentra en las dificultades de traducción que plantea un género nuevo: los webcómics. Por su propia idiosincrasia, los webcómics suponen una serie de retos añadidos a los traductores, retos relacionados fundamentalmente con una mayor flexibilidad de formatos (que incluyen GIF y tuits), y con la presencia de un léxico que puede ser más amplio, variado y marcado que el de los cómics avalados por la industria editorial. Pietro Luigi Iaia nos ofrece un estudio cualitativo en el que analiza la creatividad léxica necesaria para la traducción de videojuegos, identificando esta modalidad de traducción con el concepto de transcreación, asociado a la publicidad. En opinión de este autor, es necesario llevar a cabo un análisis crítico y multimodal que permita ajustar mejor las traducciones a la naturaleza del texto y aumentar así la sensación de los jugadores de que el juego ha sido creado en su propio idioma. Por último, el trabajo firmado por Boris Vázquez-Calvo, Liudmila Shafirova, Leticia Tian Zhang y Daniel Cassany apunta a otro fenómeno relativamente reciente posibilitado por la llegada de Internet, el de las traducciones de textos multimodales realizadas por fans. El trabajo, que se sitúa en órbita de los Nuevos Estudios de Literacidad, describe someramente cuatro modalidades: el fansubbing o subtitulado hecho por aficionados, el fandubbing, o doblaje hecho por aficionados, el romhacking, o la traducción de videojuegos por parte de aficionados y la scanlation, o traducción de cómics realizada por aficionados. Sus autores defienden un acercamiento más abierto a estas modalidades de traducción que ciertamente pueden redundar en beneficio de los que participan en ellas y que, en cualquier caso, responden al signo de los tiempos.

Como se puede ver por la síntesis llevada a cabo del contenido de los diferentes capítulos, la monografía aquí reseñada refleja muy bien la variedad de focos de atención que caracteriza aún hoy en día a la TAV. Por un lado, hallamos trabajos que responden a un enfoque más global, que defiende la necesidad de estudiar la TAV como un fenómeno mundial que, al mismo tiempo, se inscribe dentro de un contexto sociohistórico determinado que no es nunca ajeno a su devenir y en el que las opciones de traducción son producto de la sociedad en la que se inscriben y a la vez instrumentos con los que modelar dicha sociedad para perseguir determinados fines. Por otro lado, el interés se centra en la irrupción de nuevos géneros textuales, producto de la llegada de las nuevas tecnologías; géneros que, a su vez, sitúan a los traductores frente a nuevos retos. Y todo ello, dentro de un contexto en el que la llegada de lo digital está transformando nuestro modo de producir, traducir y acceder a los productos audiovisuales, con todas las consecuencias que ello implica y con la convivencia entre la traducción amateur y la traducción profesional. Finalmente, las aplicaciones didácticas de las distintas modalidades de TAV continúan atrayendo la atención de los investigadores en la medida en que hay comunicación entre docencia, profesión e investigación, lo cual siempre es una buena noticia. Por todo lo dicho, se puede describir esta obra como una instantánea del panorama actual de la investigación en TAV, que evidencia el empuje que aún caracteriza a este ámbito de la traducción, al que tanto los investigadores más consagrados como los recién llegados tienen aún mucho que aportar.

No quisiéramos cerrar nuestra valoración de esta obra sin destacar especialmente dos elementos. En primer lugar, la presencia de trabajos escritos en francés relacionados con la TAV y específicamente con los países francófonos, alejándonos del inglés como única lengua posible dentro de este ámbito y de lo anglosajón como foco de interés por excelencia. En segundo lugar, la apuesta por una visión no etnocéntrica de la TAV, con la inclusión de trabajos que versan sobre las realidades de países africanos o asiáticos.