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Cincuenta años después de la publicación de la obra clave del filólogo checo Jiří Levý (1926-1967), Umění překladu [El arte de la traducción] (1963), aparece una antología española que brinda al mundo académico hispanohablante la oportunidad de conocer las ideas y concepciones fundamentales de este teórico checo de la traducción. Las aportaciones procedentes del ámbito eslavo, el checo incluido, quedan ignoradas o poco descubiertas en la traductología internacional; en efecto, Levý optó por utilizar su lengua materna para formular sus tesis principales, ahí radica seguramente el desconocimiento de sus trabajos. Los profesores Jana Králová y Miguel José Cuenca Drouhard, de la Univerzita Karlova v Praze [Universidad Carolina de Praga], han sabido recopilar cuidadosamente los textos más representativos y esenciales de Levý y verterlos al español. Asimismo, cabe destacar el prólogo de Miguel Ángel Vega Cernuda que caracteriza el pensamiento de Levý como uno de los pensamientos más originales de la traducción.

El libro consta de una introducción y cinco capítulos. La introducción pone de manifiesto las raíces metodológicas del autor que parten del Círculo Lingüístico de Praga y respeta el orden de la primera aparición de sus trabajos. Entre las contribuciones de Levý destacan, ante todo, los dos siguientes postulados: la atención a la perspectiva histórica de la traducción y la consideración del ejercicio de la traducción como elemento integrante del sistema literario de una lengua. Asimismo, Levý se fija en la figura del traductor que no deja de evolucionar y constituye el elemento activo del proceso de la traducción.

El primer capítulo ofrece al lector español el prólogo a la primera edición y el epílogo de České teorie překladu [Teorías checas de la traducción] (1956) que ponen énfasis en la especificidad de la evolución de la traducción checa, vinculada estrechamente a las necesidades inmediatas de la vida nacional, exigencias de carácter, ante todo, estético e ideológico. La cuestión estética gira en torno al novedoso “sistema de opiniones estéticas” de cada época, inclinándose bien hacia la fidelidad, bien hacia la libertad.

El segundo capítulo recoge solamente los apartados más significativos de la obra leviniana Umění překladu [El arte de la traducción], que hasta hoy ha gozado de cuatro ediciones en su lengua de origen (1963, 1983, 1998 y 2012). En 2011 se publicó la obra entera en inglés; la versión alemana salió a la luz al poco de su aparición en checo, o sea, en 1969; la rusa, en 1974 y la traducción al serbo-croata, en 1982. Una de las novedades de aquel entonces (1963) es el carácter comunicativo del proceso de la traducción: el texto original del autor es leído e interpretado, es decir descodificado por el traductor que lo reformula (recodifica) en su idioma, luego el texto traducido es leído y concretizado por el lector, lo que nos coloca ante una doble cadena de comunicación. Otro de los postulados de Levý que nos ofrece este capítulo son las tres fases de la labor del traductor, o sea, la comprensión, la interpretación y la reformulación del patrón o texto de partida, exigiendo esta última un elevado talento estilístico. Además, el autor reflexiona sobre las tendencias políticas y estéticas de una determinada época que influyen en la figura del traductor formando en él su “sujeto creador”. Este capítulo incluye también otros conceptos como el de la traducción como género del arte, la doble norma de la traducción, la dualidad de la obra traducida, la relación ambigua con la literatura de partida, la tradición traductiva, la traducción “clásica” o las especificidades nacional e histórica, mencionando, por ejemplo, el trasvase de las variantes intralingüísticas. En cuanto a los procedimientos de trabajo del traductor, Levý distingue la traducción, la sustitución y la transcripción. Hablando de la poética de la traducción, el teórico checo distingue entre el estilo literario y traslativo, entre otros; establece una relación entre los términos conjunto y parte o idea y expresión. En las últimas páginas de este capítulo se estudia la traducción de los títulos.

En el tercer capítulo encontramos la versión abreviada del estudio Génesis de la obra literaria y su recepción, publicada póstumamente en la antología de textos levinianos Bude literární věda exaktní vědou? [¿Será la teoría literaria una ciencia exacta?] (1971) así como la síntesis de dos textos, en los cuales Levý analiza la génesis de la traducción como modelo de la creación de la obra literaria. Sus explicaciones parten del siguiente modelo: la traducción es un continuo proceso de decisiones que culmina en el trasvase, en el comunicar. Estas decisiones pueden ser, según afirma el autor, de índole “obligatoria” o “voluntaria” y “motivada” o “no motivada”, sin embargo, siempre subordinadas a la norma estética que condiciona la elección del traductor.

El cuarto capítulo incluye un resumen del estudio Čapkovy překlady ve vývoji českého překladatelství a českého verše [Las traducciones de Karel Čapek en la evolución del arte de traducir y del verso checos] y subraya dos mensajes capitales para Levý: la influencia del trasvase en el desarrollo de la obra del traductor y la prioridad de la relación establecida entre el autor y el traductor.

El último capítulo que cierra el libro aporta el trabajo ¿Servirá la teoría de la traducción a los traductores? que se centra de nuevo en la figura del traductor y resume las principales líneas de pensamiento de Levý. El filólogo checo propone un análisis racional y objetivo basado en los principios procedentes de otras disciplinas, a saber la semántica, la psicolingüística, la antropología estructural entre otras, para investigar el proceso del trasvase.

Los traductores-editores, Králová y Cuenca, han facilitado al público hispanohablante el acceso a una de las reflexiones más inspiradoras en los estudios de la traducción y han contribuido así a la renovación metodológica del paisaje traductológico internacional.