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El volumen Critiques de l’anglais. Poétique et politique d’une langue mondialisée, aparecido en 2015 en Lambert-Lucas, es una notable aportación al debate sobre el papel de la lengua inglesa en el ámbito internacional. Claire Joubert, profesora titular de literatura inglesa en la Université Paris 8 – Vincennes-Saint Denis, aborda en este libro la “poétique de l’étranger” y reflexiona sobre los retos que supone la comunicación intercultural desde una perspectiva multidisciplinar y desde la concepción de esta como acto de traducción cultural.

El libro cuenta con un apartado de agradecimientos, una introducción, siete capítulos y un ineludible y rico apartado de referencias bibliográficas. En la introducción, titulada “Ce qui fait un angliciste”, la autora explicita sus objetivos:

C’est donc plus précisément par l’anglais que j’essaie d’éclairer les enjeux du rapport entre Globish et English: je profite de ma situation comparatiste, travaillant depuis le français, pour chercher les perspectives sur l’anglais où on peut voir la différence des langues ouvrir toutes les valeurs potentielles du rapport d’étranger et par là dissoudre chaque fois la cohésion idéologique d’un segment particulier à l’intérieur du bloc qui soude l’anglais à la mondialisation.

p. 19

Los siete capítulos que integran el volumen incluyen, al final, el año en el que la autora empezó a trabajar en dicha línea de investigacíon. Los más antiguos datan de 2001 (“La question du langage: entre Deleuze et Beckett”) y los más recientes, de 2013 (“Langage et critique: Saussure relit Derrida” o “Sciences de la mondialisation et culturalité du pouvoir”). Algunas contribuciones han aparecido en revistas académicas como Langages, TLE, Coulisses o Littérature, mientras que otras son inéditas. Hay un hilo conductor: Joubert analiza el rol del inglés a escala internacional y de la posición de las demás lenguas en este orden de globalización que, en realidad, según afirma la autora, es una “anglobalización” (p. 12).

Poder trazar la línea temporal de los artículos permite entrever “la pénétration progressive des enjeux caractéristiques de la mondialisation dans le champ pratique du travail intellectuel et la transformation du champ politique de l’énonciation auxquelles les pensées du langage en particulier doivent répondre” (p. 27). La autora plantea de una forma magistral numerosas reflexiones y ejemplos de traducción, autores, teorías y metodologías; algunos de los puntales de la obra son Beckett, Benveniste, Coetzee, Deleuze, Derrida, Gramsci, Saussure y Taguieff. Asimismo, Joubert se pasea por múltiples disciplinas afines, como la Literatura, la Lingüística, la Literatura Comparada o los Estudios Culturales (‘Cultural Studies’), y presenta ejemplos y conceptos relativos a dichos ámbitos, interrelacionándolos con maestría y trazando una línea de razonamiento que el lector podrá seguir.

Es una constante en la obra la reflexión sobre el rol que han tenido (y siguen teniendo) nociones como nación, lengua nacional o literatura nacional, tal y como la misma autora señala en la página 121. La obra invita incluso a reflexionar sobre el papel del intelectual en un escenario geopolítico actual marcado por el terrorismo, y la profesora de París consigue darle a la reflexión profundidad intelectual gracias a su elaborado contraste con las visiones que han dado anteriormente autores como Sartre, Arendt o Taguieff (p. 149).

Es especialmente relevante y esmerado su análisis sobre la polémica desatada con la publicación en 1999 de la obra Disgrace, de J. M. Coetzee, sobre el debate en torno o la nueva relación con la nación en la Suráfrica de Mandela (p. 187). De nuevo, el carácter polifónico de su sustentación teórica, yendo de Joyce a Coetzee (pasando entre medio por Beckett), le aporta al volumen un marcado carácter interdisciplinar.

Probablemente, para los lectores de Meta, los capítulos más pertinentes son los números seis y siete. Respectivamente, “Théorie en traduction: Homi Bhabha et l’intervention postcoloniale” da ejemplos concretos y trata sobre aspectos clave de traducción, poscolonialismo y la naturaleza transcultural de los retos políticos contemporáneos, mientras que “Sciences de la mondialisation et culturalité du pouvoir” presenta una justificación del papel central de una poética de lo extranjero para analizar las articulaciones contemporáneas del saber y del poder. Precisamente este capítulo recoge una de las tesis centrales de la profesora:

Ce risque politique de la traduction se joue précisément au point critique classique de l’anthropologie du langage: le risque du culturalisme, avec tout son potentiel de massification des pouvoirs, comme ce qui reste quand on a détaché le langage de la pensée du rapport transculturel, qui est un rapport de différence.

p. 243

El volumen destaca también por interconectar su discurso con el contexto en el que aparece. Son abundantes las referencias que lo interrelacionan con el panorama actual universitario en Francia y en el Reino Unido, también extrapolables a otros países europeos. En relación con este tema, es especialmente notorio entrever el rol que, según la autora, depara a las Humanidades (p. 286) el orden que analiza:

Quand l’hégémonie tient par un régime de la mondialité, une poétique de la traduction –de l’intraduisible– aidera à rendre disponible le pouvoir de libération singulier qui se tient en tension dans la double force critique du langage: l’accélérateur d’histoire que constituent ensemble le poème et les langues, “en cela que plusieurs”.

p. 305

En conclusión, pues, cabe afirmar que Critiques de l’anglais. Poétique et politique d’une langue mondialisée presenta una profunda reflexión sobre la alteridad y la “poética de lo extranjero” desde una óptica influenciada eminentemente por los Estudios Culturales y el Poscolonialismo pero que bebe de muchas otras fuentes. Joubert da en este volumen una serie de reflexiones y explicaciones teóricas que permiten entender los retos que conlleva el fenómeno complejo de la globalización cultural.