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1. El euskera y los demás sistemas dominantes

Puede que empezar a hablar sobre la situación del euskera resulte una obviedad para muchos lectores, pero definir y describir su posición minorizada y teorizar sobre el impacto que ello pueda tener en su evolución sistémica resulta clave para abordar este tipo de estudios traductológicos.

El origen desconocido del euskera ha suscitado desde siempre el interés de muchos lingüistas y filólogos. Se trata de una lengua preindoeuropea que, hoy por hoy, está calificada como lengua vulnerable dentro del atlas de lenguas en peligro de la UNESCO (Moseley 2010). Se habla en un espacio geográfico dividido entre dos estados y tres sistemas administrativos diferentes, y el nivel de oficialidad y por tanto la situación sociolingüística de cada territorio son, igualmente, muy distintos. En el estado español, el euskera se habla en dos sistemas administrativos diferentes: la Comunidad Autónoma Vasca (con las provincias Guipúzcoa, Vizcaya y Álava), donde la lengua es oficial y su aprendizaje obligatorio en todas las escuelas; por otra parte, está la Comunidad Foral de Navarra, que a su vez está dividida en tres zonas lingüísticas, la zona vascófona (la zona noroeste), la zona mixta (zona intermedia) y la zona no vascófona (zona sur), por lo que la oficialidad y la presencia de la lengua también varía. En el estado francés, el euskera tiene su presencia en las provincias de Labort (Labourd), Baja-Navarra (Basse Navarre) y Sola (Soule), que a su vez comparten el departamento de Pirineos Atlánticos (Pyrénées‑Atlantiques). Aquí el euskera no es lengua oficial y es en el campo de la educación donde únicamente se contempla la posibilidad de enseñar las lenguas regionales o dialectales (Ley Deixonne 1951)[1]. Según el sexto mapa sociolingüístico realizado por el Gobierno Vasco (Gobierno Vasco 2016a)[2], el 33,9% de los habitantes de la Comunidad Autónoma Vasca mayores de 16 años entienden y pueden hablar el euskera. Les podríamos añadir otro 19,1% de personas que entienden el euskera, aunque no sean capaces de hablarlo. Según la sexta encuesta sociolingüística del Gobierno Foral de Navarra (Gobierno Foral de Navarra 2017)[3], en la comunidad de Navarra hay 69 000 ciudadanos que saben euskera (12,9% de la población) y se les podría añadir otros 50 000 que la entienden, aunque no la utilicen. En cuanto al conocimiento del euskera en el País Vasco francés, según el sexto mapa sociolingüístico antes mencionado (Gobierno Vasco 2016a), el 20,5% de los habitantes son vascoparlantes, aunque cabe puntualizar que existen diferencias según la provincia: en la provincia de Labort, el 16,1% de los habitantes son vascoparlantes, mientras que en las provincias de Baja Navarra y Sola esta cifra asciende al 49,5% de los habitantes. De acuerdo con el atlas de la UNESCO, el País Vasco francés cuenta con menos de 80 000 hablantes del euskera.

Entendemos por lengua minorizada aquella cuyo uso está restringido por motivos políticos y sociales o como consecuencia de una relación de subordinación (Akoun y Ansard 1999: 343)[4]. Además de haber sufrido la prohibición durante los años del franquismo en España, el uso y la expansión de la lengua vasca están limitados, como acabamos de explicar, por motivos de división política y administrativa. Esto nos lleva a hablar de una situación lingüística minorizada. Está claro que no es la única lengua en esta situación. Precisamente la traducción juega un papel clave para este tipo de lenguas, por lo que resulta de gran interés observar cómo se realiza y qué efectos tiene la práctica traductora para ellas. El estudio de la traducción en casos de lenguas minorizadas aporta luz tanto para estas como para los estudios de traducción en general: «Minorities bring unpredictable variations to constants and standards in the study of translating» (Venuti 1998: 143). Así, este tipo de estudios nos permite identificar características y funciones que cumple la traducción dentro de un sistema minorizado y que son diferentes a las características y funciones de la traducción en un sistema dominante.

Atendiendo a la teoría de los polisistemas propuesta por Even-Zohar (1990), entendemos la cultura como un conjunto de sistemas heterogéneos y dinámicos que se relacionan con otras culturas y, por tanto, con otros conjuntos de sistemas. En este sentido, analizar la actividad traductora, en este caso al euskera, nos brinda la oportunidad de poder definir dónde y cómo se sitúa la lengua vasca en su relación con otras lenguas. Desde que se instauró el Grado en Traducción e Interpretación en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), varios investigadores han llevado a cabo diversas investigaciones en este ámbito (Barambones 2009; Uribarri, 2011; Manterola 2012; Zubillaga 2013; Sanz 2015). Son investigaciones que observan la traducción a o desde la lengua vasca y todas ellas tratan de describir cuál es la situación del euskera en relación con otras lenguas. Los estudios de traducción y las teorías sistémicas han resultado ser una herramienta muy útil para la descripción de situaciones traductológicas. Sin embargo, no se deben obviar las críticas que las teorías sistémicas han recibido por no ofrecer un marco concreto para describir las dinámicas entre los factores que condicionan las traducciones en cada caso (Munday 2001/2008: 115). No habría que olvidar, de todos modos, que estas teorías han supuesto la base para que se diese, primero, el giro cultural –dando paso a teorías de género o a teorías postcoloniales– y, más adelante, el giro sociológico. Así, y aunque haya diferencias, la sociología de la traducción y la teoría de los campos de Bourdieu (1980) se parecen conceptualmente a los sistemas de la teoría de los polisistemas (Grutman 2009: 144-147): si en la teoría de los campos y la sociología de la traducción el campo es el espacio social de acción y de influencia, en la teoría de los polisistemas se utilizaría el término sistema para designar el mismo concepto. Lo que diferenciaría a la sociología de la traducción es que ésta se centra más en las acciones de las personas: «[t]he sociologists focus more on the actions, and the cultural studies people on the ideas» (Chesterman 2006: 11). La última tesis doctoral sobre traducción presentada hasta la fecha en la Universidad del País Vasco ha utilizado justamente el marco que ofrece la sociología de la traducción para analizar el campo de la literatura traducida vasca (Ibarluzea 2017).

Si observamos la historia de la traducción dentro de la lengua vasca, se puede concluir que la traducción ha sido utilizada como herramienta, tanto en situaciones donde hacía falta crear cierta oposición como en situaciones donde lo que premiaba era la unificación (Uribarri 2011: 247-265). Así, las primeras obras en euskera se publicaron en el País Vasco francés: Jeanne d’Albret, reina de la Navarra francesa y madre de Enrique IV, futuro rey de Francia, encomendó en 1563 la traducción al euskera del nuevo testamento y otros escritos calvinistas. Este hecho hay que situarlo en un contexto de enemistad religiosa entre católicos y protestantes. Más tarde, y dado que en el siglo XVIII la lengua vasca se vio muy debilitada en el País Vasco francés debido a las políticas centralistas, «there was a clear shift of the centre of literary production from the French to the Spanish Basque Country» (Uribarri 2011: 249). Después, el País Vasco español estuvo involucrado en dos guerras carlistas en el siglo XIX, y en el siglo XX llegaron la guerra civil y el franquismo, lo que hizo que la situación de la lengua vasca fuera debilitándose. Hoy en día y gracias a la oficialidad y al apoyo de la administración del País Vasco español, la lengua vasca ha recuperado mucho espacio, gracias en gran parte a la labor de traducción realizada. Esta labor de traducción se ha realizado muy especialmente en el género de la literatura infantil y juvenil (a partir de ahora, LIJ) en el País Vasco español.

2. La LIJ en lengua vasca y la traducción

El desarrollo del sistema literario infantil y juvenil vasco está estrechamente ligado a la consolidación de la lengua vasca en el sistema educativo. La ubicación de la LIJ tanto dentro del sistema literario como del educativo es un fenómeno generalizado en todas las lenguas y culturas (Shavit 1986), pero en los casos de recuperación lingüística de una lengua minorizada, el sistema educativo y la creación de la LIJ en dicha lengua resultan claves. Encontramos ejemplos en muchas lenguas de todo el mundo. En Finlandia, por ejemplo, empezaron a utilizar el finés de forma estratégica en ámbitos como el comercio, el gobierno y, precisamente, la literatura, para así impulsar la lengua que más utilizaba el pueblo a nivel oral. Según Oittinen, «the nation’s first priority, therefore, was to educate young people in the Finnish language and about literature written in the Finnish language» (Oittinen 2006: 36).

Además, la traducción de la LIJ juega un papel clave en el caso de lenguas minorizadas, tal y como afirman Luna y Montero:

Aínda que cada cultura viviu e vive a conformación do seu sistema literario de maneira ben distinta, a historia recente da tradución literaria para as linguas minorizadas ten unha función principal en común: a recuperación da consideración cultural e identitaria.

Luna y Montero 2006: 15

Aunque cada cultura vivió y vive la conformación de su sistema literario de manera bien distinta, la historia reciente de la traducción literaria para las lenguas minorizadas tiene una función principal en común: la recuperación de la consideración cultural e identitaria (nuestra traducción)

Tras la creación de la variedad estándar de la lengua vasca en 1968 y la finalización del régimen franquista en 1975, en 1983 el Gobierno Vasco aprobó el decreto del bilingüismo. La inclusión de la lengua vasca en el sistema educativo y el aumento de las matriculaciones en las escuelas vascas (ikastolas) provocó la necesidad de disponer de textos en euskera. Así, mientras que antes de los años 80 se publicaban en euskera poco más de una docena de libros de LIJ al año, a partir de los años 80 se empezaron a publicar más de 300 al año (Etxaniz 2011: 24). Tal demanda provocó el aumento de la práctica traductora al euskera. Por consiguiente, se puede afirmar que la traducción impulsó, por lo menos en números, la LIJ vasca, pues la gran cantidad de traducciones hizo que el total de la LIJ vasca (obras originales en euskera más las traducciones) aumentase (López-Gaseni 2000: 90). Observamos el mismo fenómeno en la lengua catalana:

[…] the market was given an extraordinary boost in the eighties as a result of the urgent need for children’s and teenager’s literature to be used in primary and secondary schools. This need arose because an essential part of the syllabi in Catalan language classes included pupils’ having to read several books each year, and at first many of these books were translations.

García de Toro 2004: 274

En el ámbito de la lengua vasca, José Manuel López Gaseni presentó su tesis doctoral (López-Gaseni 2000), que analizaba la LIJ traducida al euskera desde una perspectiva tanto cuantitativa como cualitativa. Su análisis comprendía obras traducidas entre los años 1876 y 1995, aunque, para una mejor interpretación de los datos, también dividía estos datos en tres diferentes períodos: 1876-1935, 1936-1975 y 1976-1995. Así, concluía que, dentro del sistema de la LIJ vasca, se empezó a traducir sistemáticamente durante el último período, entre los años 1976 y 1995 (López-Gaseni 2000: 293). En la siguiente tabla podemos observar los porcentajes relativos a las principales lenguas de partida en cada período. El último está dividido en dos casillas, dependiendo de la edad a la que están dirigidas las obras:

Cuadro 1

Lenguas de origen de la LIJ traducida vasca en el catálogo de López-Gaseni, por períodos (López Gaseni 2000: 93-96)

Lenguas de origen de la LIJ traducida vasca en el catálogo de López-Gaseni, por períodos (López Gaseni 2000: 93-96)

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Basándonos en los datos del trabajo de catalogación de López-Gaseni, podríamos concluir que, en general, el castellano predomina como lengua origen. Sin embargo, vemos que en el período relativo a los años 1876-1935 la lengua origen principal fue el alemán y en el período relativo a los años 1936-1975, el francés ocupaba el segundo puesto, con el 14,5% de las obras traducidas. Otra puntualización que se debe hacer es que la labor de catalogación realizada por López-Gaseni para su tesis se basa en la lengua de origen de las obras traducidas y no en la lengua origen de la traducción. Con frecuencia se ha traducido de modo indirecto, utilizando, por ejemplo, la versión puente en castellano, como se ha podido demostrar en el análisis de las traducciones de LIJ del alemán al euskera (Zubillaga 2013).

De todos modos, lo que queda claro tras analizar los datos del catálogo de López-Gaseni y según sus propias conclusiones es que el sistema de la LIJ vasca traducida se ha alimentado de los sistemas que ha tenido más a mano, tanto en el sentido físico como en el sentido de política editorial: algunos de los libros escritos en castellano se han escrito en el mismo País Vasco español y existen políticas editoriales que posibilitan la coedición para las traducciones del español, catalán y gallego. En este sentido, la primera lengua extranjera, desde un punto de vista geopolítico, de la que se alimenta el sistema de la LIJ vasca es el inglés, seguido del alemán y el italiano, pues aunque el francés sea una lengua extranjera en el País Vasco español, es la lengua principal del País Vasco francés, de la misma manera que el castellano es oficial en el País Vasco español y no oficial en el País Vasco francés. Por esa razón, en este análisis, consideramos que ni el castellano ni el francés son lenguas extranjeras tomando en cuenta todo el territorio del Páis Vasco. Queda claro, por tanto, que la traducción al euskera de la LIJ en inglés sería un campo para explorar en el futuro.

Sin embargo y en lo que sigue, nos centraremos en la posición que tiene la lengua francesa como lengua origen en el sistema de la LIJ vasca traducida. Si entendemos la presencia de la lengua española y de la LIJ escrita en lengua española en el País Vasco español no como un sistema aparte, sino como parte del sistema de la LIJ vasca (pues ambas lenguas comparten mercado, políticas editoriales y lectores), deberíamos pensar lo mismo sobre el sistema de la LIJ vasca en el País Vasco francés y la LIJ publicada en francés. No obstante, y teniendo en cuenta el estatus no oficial con la que cuenta el euskera en el País Vasco francés, podríamos asegurar que la presencia del euskera es minoritaria. Queda por esclarecer cuál es la relación traductológica: ¿cuánto y qué se traduce del francés al euskera? ¿Dónde se publica, en el País Vasco francés o en el País Vasco español?

Mediante este trabajo hemos querido ahondar en la relación traductológica del francés al euskera en la LIJ y contrarrestar así la falta de interés que suscita todo lo relacionado con la lengua vasca en el País Vasco francés, ya que casi toda la energía se dirige, normalmente, a las investigaciones académicas relacionadas con la lengua vasca en el País Vasco español.

3. LIJ francesa traducida a la lengua vasca

Para el presente estudio, se ha tomado como base el catálogo de traducción compilado y publicado por EIZIE[5] (asociación vasca de traductores, intérpretes y correctores vascos). Este catálogo permite hacer búsquedas según una amplia variedad de criterios, pero los que se han utilizado para este estudio han sido el género textual (LIJ), la lengua de partida (francés) y la lengua meta (euskera). La búsqueda dio como resultado 326 entradas, donde se detallan tanto los datos relativos a la traducción publicada (título, traductor, editorial y fecha y lugar de la publicación) como a la obra original (título, autor y país de la publicación).

Cabe destacar que dicho catálogo no ofrece el dato relativo al año de la publicación original, lo cual resulta de interés para sacar conclusiones en cuanto a la época a la que pertenecen las obras traducidas hasta ahora del francés. Asimismo, no todos los datos estaban completos.

Por tanto, se procedió a revisar y, en su caso, a completar los datos de dicho catálogo (se pudieron añadir 475 entradas nuevas). Para ello, se consultó la base de datos Index Translationum[6] de la UNESCO, pero como dicho catálogo no se encuentra totalmente actualizado, se consultaron, además, el catálogo de la agencia española del ISBN que ofrece en su página web el Ministerio de cultura y deporte[7] y el catálogo específico de LIJ que ofrece la biblioteca nacional francesa[8]. Además, a fin de recabar información específica sobre la publicación de las traducciones en euskera (por ejemplo, edad para la que se aconseja la publicación, o el nombre del traductor o de la traductora) se ha consultado el catálogo de la red pública de bibliotecas vascas[9]. Así, se creó un catálogo actualizado de LIJ francesa traducida al euskera, denominado Frantseuskara-HGL[10].

4. Resultados de la investigación

El catálogo Frantseuskara-HGL cuenta, en total, con 801 entradas. Si restamos las reediciones, contamos con 754 entradas. El cómputo de las reediciones es algo complicado, ya que este dato habría que verificarlo con las editoriales encargadas de publicar la traducción. Los catálogos en línea no ofrecen este dato en todos los casos. Por ello, y para que las conclusiones derivadas de este análisis sean más significativas y fiables, se ha optado por omitir las entradas relativas a las reediciones y basarnos siempre en el número de entradas relativas a la primera edición. Se puede decir, por tanto, que el catálogo cuenta con 754 entradas. Este dato se refiere al catálogo revisado y completado para el fin de este análisis. La labor de compilar un catálogo nunca termina y se debería actualizar y mejorar constantemente.

Cabe hacer otra puntualización en cuanto al número de títulos traducidos del francés al euskera. Hay casos en los que una misma obra original se ha traducido más de una vez, en distintas editoriales y de la mano de distintos traductores. Es el caso de Le Petit Prince o algunos títulos de los cómics de Asterix, que han publicado tanto la editorial Elkar como Salvat, en esta ocasión también de la mano de traductores distintos. También existe el caso de libros traducidos dos veces, una versión en euskera estándar y otra en dialecto (euskera occidental o suletino), las dos versiones publicadas en la misma editorial. Si restamos todos estos títulos que, aun siendo libros diferentes en la cultura de llegada (bien por tratarse de traducciones realizadas por diferentes traductores en diferentes editoriales, bien por tratarse de versiones dialectales diferentes dentro de la misa editorial) tienen en su origen la misma obra original, nos quedaríamos con 695 entradas. Esta diferencia de 59 entradas depende del criterio de análisis que se aplique: si el foco se pone en la recepción del texto meta y en la cultura de llegada, contamos con 754 entradas; si, por el contrario, queremos concentrarnos en el texto de partida de la cultura de origen, estaríamos hablando de 695 obras en lengua francesa que se han traducido.

El siguiente gráfico muestra la evolución de la publicación de las 754 entradas (textos de llegada) relativas a obras de LIJ francesa traducidas al euskera:

La primera entrada del gráfico se refiere al año 1948 y la última al año 2019. La primera entrada corresponde a la traducción de La plus belle histoire (1948), del autor Gaston Courtois. Se trata de un libro de género religioso y que, haciendo uso de viñetas ilustradas[11], les explica a los niños la Biblia. Teniendo en cuenta que la primera publicación de LIJ en euskera data de 1804 (Etxaniz y López-Gaseni 2011), la fecha de 1948 resulta bastante tardía. Se trata de una publicación realizada en Baiona, en la provincia de Labort, es decir, en el País Vasco francés. Se debe de tener en cuenta que, en esta época, el País Vasco español estaba sumergido en la dictadura franquista y que este echo pueda ser la razón de que la publicación en euskera se hiciese en el País Vasco francés, donde, aunque el euskera no era una lengua oficial, no estaba sometida a una dictadura.

Figura 1

Número de traducciones de LIJ francesa publicadas en euskera

Número de traducciones de LIJ francesa publicadas en euskera

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Habrá que esperar 22 años para encontrarnos con la siguiente traducción de LIJ francesa, ya que será en 1970 cuando Xalbador Garmendia publique la primera traducción de Le Petit Prince. Una vez más, se debe de tener en cuenta la época histórica y su implicación en el número de publicaciones en euskera, ya que, tras la Guerra Civil española (1936-1939), la dictadura franquista se prolongó hasta 1975. En la última parte de la dictadura hubo una especie de apertura o flexibilidad, y gracias también a las diferentes iniciativas, surgieron las primeras escuelas vascas y las primeras colecciones dedicadas a la LIJ en euskera. Así, en 1972 se publicaron tres cómics de Tintín y en 1976 seis obras, 4 de ellas cómics de Asterix, un álbum para primeros lectores publicado en París y la traducción de una obra de LIJ religiosa.

Después de esta primera fase, se puede decir que la traducción de LIJ francesa al euskera se estabiliza, más o menos, a partir de 1980. Esto coincide con la creación de un sistema de LIJ vasco (López-Gaseni y Etxaniz 2005). Así, a partir de 1980, casi todos los años se han publicado más de 7 traducciones de LIJ francesa.

Existen años en los que se publicaron menos obras, es decir, en el año 1983 se publicaron 4 traducciones y entre los años 1997 y 2000 se publicaron 5, 5, 4 y 2 traducciones respectivamente. Estos cuatro años fueron los años en los que menos traducciones de publicaron. En el año 2009 encontramos otra bajada, pues el número de publicaciones bajó de 51 en 2008 a 28 en 2009, casi la mitad. Puede que la crisis económica mundial, que comenzó en 2008, fuese una de las causas de esta caída.

Aunque es interesante fijarnos en las cifras más bajas, también lo es hacerlo en las más altas. Existen dos subidas significativas en el gráfico, y son las relativas al año 2008 y al 2018. Según el catálogo, en 2008 se publicaron 51 traducciones de LIJ del francés al euskera, 29 obras más que el anterior año 2007. Trece de las obras publicadas en ese año corresponden a la serie de Camille, lo que puede haber provocado tal subida en los números del gráfico. En cuanto al año 2018, contamos con 61 publicaciones, 21 más que en el anterior año. En este caso, en el año 2018, la editorial Ikas publicó en total once traducciones, la mayoría de ellas dobles, es decir, traducciones del mismo texto origen tanto en euskera batua o estándar como en dialecto suletino.

Por lo demás, el gráfico nos da una media de 10 traducciones publicadas cada año, pero si solo nos centramos en los años a partir de 1980, que es cuando todo el sistema de la LIJ vasca empieza a funcionar con más normalidad, la media sube a 17. Además, la evolución de la media por décadas deja claro la tendencia al alza: la media de los 80 se sitúa en 9 obras; la de los 90, en 11; la media de los años 2000, en 22; y de 2010 a 2019 contamos con una media de 31 publicaciones por año.

Si nos centramos en las obras originales seleccionadas para su traducción al euskera, observamos que, en total, se han traducido 344 autores distintos. Este dato puede parecer alto, pero se debe de tener en cuenta que tan solo al 31% de estos autores se le han traducido más de una obra. Es decir, la gran mayoría de los autores no se escogen más de una vez. Los autores francófonos a los que más obras se les han traducido son René Goscinny (65 títulos), Nancy Delvaux (35 títulos), Hergé (27 títulos), Émile Jadoul (13 títulos) y Jules Verne (12 títulos). Goscinny y Hergé son autores de cómics, Delvaux es la autora de la colección de Camille, Jadoul es autora de numerosos álbumes para los más pequeños y Verne es uno de los autores canónicos de la literatura francesa.

Los datos relativos a los autores más traducidos nos dan un primer indicio del peso que tiene el cómic en este catálogo de LIJ francesa traducida al euskera: 132 entradas del catálogo corresponden al género del cómic (18%). El siguiente gráfico nos muestra los géneros al que corresponden las entradas:

Figura 2

Género al que pertenecen las entradas del catálogo Frantseuskara-HGL

Género al que pertenecen las entradas del catálogo Frantseuskara-HGL

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La clasificación por géneros no es algo automático y, además, como el presente artículo no tiene como objeto profundizar en la catalogación de los géneros literarios, se ha procedido a realizar una clasificación muy general. Es decir, se han identificado el teatro, la temática religiosa, obras clásicas, obras de divulgación (aquellas que transmiten un saber enciclopédico o que se centran en un tema en concreto, como puede ser un animal específico o las plantas, por ejemplo), y el resto de las obras las hemos clasificado como resto de obras LIJ. Para poder seguir clasificando estas obras se debería profundizar en la temática (aventuras, realismo, fantasía etc.), lo cual implicaría profundizar en el contenido literario de todas ellas. Además, la mayoría de las bases de datos y catálogos consultados clasifican estas obras según la edad recomendada, por lo que hemos utilizado el criterio de la edad recomendada para hacer una segunda clasificación y aplicarla a esta primera clasificación por géneros. Un total de 458 obras componen el grupo clasificado como resto de obras LIJ, lo que supone el 61% de todo el catálogo. En segundo lugar, está el cómic con 132 obras, seguido por las obras de divulgación (103 obras). Los géneros menos representados son los clásicos (49 obras), obras de temática religiosa (11 obras) y teatro (1 obra). Después de aplicar el criterio de la edad recomendada, el cual hemos identificado según lo catalogado por las editoriales o por la red pública de las bibliotecas vascas, hemos obtenido la siguiente tabla:

Cuadro 2

Edad recomendada de las obras del catálogo, según el género

Edad recomendada de las obras del catálogo, según el género

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Según datos de la tabla, la gran mayoría de las entradas pertenecen a los intervalos de edades 0-4, 4-6 y 7-9, que son las edades correspondientes a los niños que no saben leer o acaban de empezar con ello. Estos intervalos suman el 71% de las obras del catálogo. La mayoría de los cómics se sitúan en el intervalo correspondiente a las edades entre 9 y 12 años, pues las bases de datos clasifican los cómics tanto de Asterix y Obelix como de Tintín para lectores a partir de los 8 años. Está claro que jóvenes y adultos de todas las edades también los leen, y que el criterio de la edad como método de clasificación limita el carácter de estas obras dirigidas a todo aquel que sepa leer. De todos modos, la clasificación implicaba tomar este tipo de decisiones y se ha optado por el intervalo 9-12 por situarse después de los 8 años.

Si nos centramos en las traducciones y en los traductores encargados de hacer el trasvase del francés al euskera, en 163 casos de las 754 entradas no se ha podido identificar quién ha sido el traductor. Es decir, los catálogos no ofrecían dicha información. No se ha procedido a verificar los libros físicos, por lo que no se puede asegurar si las editoriales han publicado esa información en los paratextos o no. Del mismo modo, se hubiera logrado esta información contactando directamente con la editorial y haciendo la consulta. Con todo, resulta significativo que en alrededor del 21% de los casos los catálogos no ofrezcan información específica del traductor. Existe una correlación entre la falta de información y la edad recomendada del destinatario de estos libros, ya que en el 83% de los casos en los que no se menciona el traductor se trata de libros destinados a primeros lectores, es decir, a lectores de edades entre 0 y 4 años y 5 y 6 años. Son justamente este tipo de libros los que traducen las agencias de traducción y, aunque en muchas ocasiones la base de datos online no especificaba el traductor de estos libros destinados a los más pequeños, es muy probable que también estuvieran traducidos por una agencia de traducción y que la base de datos no hubiera recogido este dato justamente porque en los créditos del libro no se menciona el nombre del traductor o la traductora en concreto, sino el nombre de la agencia. Esto demuestra, una vez más, la jerarquización que existe dentro del sistema literario y el bajo estatus con el que cuenta la LIJ: «La littérature de jeunesse est une littérature fragile» (Nières-Chevrel 2009: 188).

Por lo demás, y según la información del catálogo, 162 traductores han trabajado traduciendo hasta la fecha del francés al euskera. Es un número bastante grande. Sin embargo, cabe puntualizar que la mayoría de ellos ha trabajado de manera esporádica. Tan solo el 12% de los traductores han traducido más de 5 trabajos. El resto ha traducido menos de 5 trabajos.

Cuadro 3

Número de obras traducidas por traductor

Número de obras traducidas por traductor

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Otro dato interesante es la procedencia de los traductores. Se ha averiguado e identificado la procedencia de todos ellos y, aunque puede que haya algún dato incorrecto en la clasificación, se ha podido llegar a la siguiente conclusión: aunque todos trabajen a la misma lengua meta (la lengua vasca), se pueden dividir los traductores del País Vasco francés (10%) y los del País Vasco español (90%).

Quien más traducciones ha realizado ha sido la agencia de traducción Aztiri (Legazpi, Guipúzcoa), que cuenta con 100 traducciones (13% de las traducciones). Además, tal y como ya se ha explicado, es muy probable que, en realidad, esta cifra sea mayor: todas las obras traducidas por la agencia Aztiri son aquellas destinadas al público más pequeño y la mayoría de las traducciones en las que no hemos podido identificar el traductor también se refieren a la misma franja de edad, con lo cual, es probable que haya más traducciones realizadas por esta misma agencia de lo que ya sabíamos. Después, tenemos al traductor Joxemari Azurmendi con 51 títulos, lo que se corresponde con el 7% de las entradas del catálogo, todos ellos cómics. Jose Antonio Sarasola cuenta en total con 35 traducciones y Miren Agur Meabe con 20. Cabe destacar que en la mayoría de los casos se puede identificar cierta relación de trabajo con una editorial en concreto. Así, todas las traducciones realizadas por la agencia de traducción Aztiri son para la editorial Ttarttalo de Elkar, Azurmendi también ha trabajado para Elkar, Sarasola sobre todo para Ibaizabal y Meabe sobre todo para Ttarttalo.

En cuanto al lugar de publicación se refiere, cabe destacar la iniciativa o hegemonía del País Vasco español, que cuenta con el 82,5% de las publicaciones. En este sentido, Elkar (situada en Donostia-San Sebastián y Bayona) es la editorial más representada en el catálogo, con el 51% de las entradas.

Tan solo en 77 de los casos se ha publicado fuera del estado español. En 72 de estos últimos casos, la publicación se ha realizado en el País Vasco francés, normalmente en Ustaritz.

Cuadro 4

Lugar de publicación de las traducciones del catálogo Frantseuskara-HGL

Lugar de publicación de las traducciones del catálogo Frantseuskara-HGL

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4.1. Publicar en un lado u otro de la frontera

Tal y como acabamos de ver, la gran mayoría de las traducciones de LIJ francesa al euskera se publican en el País Vasco español. Sin embargo, resulta interesante observar no solo las cifras, sino las características que cumple la actividad de traducir LIJ francesa al euskera a un lado u otro de la frontera.

Las publicaciones en el País Vasco español son, sobre todo, publicaciones destinadas al público más infantil, lo cual está relacionado con el estatus de lengua oficial que tiene el euskera en el País Vasco español y con la función didáctica-educativa que cumple el género de la LIJ (Shavit 1986). Debido a que la LIJ forma parte no solo del sistema literario, sino también del educativo, su fomento está estrechamente unido al ámbito de la escuela o al de la educación de los más pequeños, lo cual está garantizado en euskera en el País Vasco español y no en el francés.

Las publicaciones en el País Vasco francés, además de ser mucho menos (componen el 9,5% de las publicaciones de nuestro catálogo) tienen ciertas características que las diferencian de las publicaciones en el País Vasco español.

La gran mayoría de las publicaciones en el País Vasco francés se han llevado a cabo por el centro pedagógico Ikas en Ustaritz (Labort). El objetivo de Ikas es la creación y difusión de material pedagógico en euskera, por lo que estas publicaciones cumplen claramente una función didáctica, además de la literaria. Además, muchas de estas publicaciones se traducen y publican dos veces, una en euskara estándar y otra en dialecto suletino, el cual se aleja bastante de la variedad estándar. El euskera no es oficial en el País Vasco francés y, aunque sí contamos con un euskera estándar, el fomento del dialecto propio también por escrito resulta muy importante en una región donde la supervivencia de la lengua se basa, sobre todo, en transmitir una variedad de lengua que resulte familiar; esto explicaría el porqué de la misma obra en dos variantes lingüísticas. De todos modos, también existe este tipo de publicación doble en el País Vasco español por parte de la editorial Ibaizabal, la cual publica traducciones tanto en variedad estándar como en dialecto occidental (también conocido como vizcaíno). En este caso, la razón no sería la supervivencia o garantizar la transmisión, sino el deseo de fomentar la alfabetización en una variedad en concreto.

Otro agente activo en la publicación de traducciones de LIJ francesa al euskera en el País Vasco francés es la editorial Matahami en Bidart (Labort). Esta editorial nació del deseo de su fundador de aprender la lengua vasca. Así, el objetivo es ofrecer libros bilingües francés/euskera para niños en edades entre los 2 y 8 años. El texto origen está en francés y la versión en euskera es la traducción. No encontramos este tipo de publicación en el País Vasco español. Sí que existen ediciones bilingües, como las publicadas en la colección Biblioteca Vasca Bilingüe por la editorial madrileña Atenea, pero este tipo de publicaciones están más bien destinados para aquellos que se quieren acercar a la literatura vasca y no residen en el País Vasco, por lo que su difusión en el País Vasco español no es comparable a la difusión que tienes las publicaciones francés/euskera en el País Vasco francés. Sin embargo, este tipo de iniciativa deja una vez más al descubierto la función didáctica o de fomento de la lengua que cumple la traducción en el País Vasco francés, es decir, en el lado de la frontera donde la situación de la lengua es más precaria y diglósica.

Además de las características mencionadas, caben destacar tanto la dedicación aparentemente exclusiva de los traductores como la distribución de las editoriales a un lado u otro de la frontera. Es decir, aunque la labor de traducción sea a la misma lengua de llegada (la lengua vasca), existen editoriales cuya distribución se limita al País Vasco francés y editoriales cuya distribución se limita al País Vasco español. La excepción sería la editorial Elkar, que publica tanto en un lado de la frontera (Bayona) como en la otra (San Sebastián). Lo mismo ocurre con los traductores: tal y como hemos señalado anteriormente, podemos dividir los traductores según el lugar de publicación, y parece que los que trabajan para publicar en un lado de la frontera no lo hacen para publicar en el otro lado de la frontera.

4.2. El centro y la periferia

En base a la teoría de los polisistemas, al que nos hemos referido en la introducción de este artículo y a los conceptos de centro y periferia al que se refiere el mismo Even-Zohar (1990), podemos constatar, después de catalogar las traducciones al euskera de la LIJ francesa y analizar el número de entradas y sus características, que en el centro de este sistema se encuentran, sobre todo, los libros para primeros lectores, aquellos destinados a las edades hasta los 6 años, seguidos de los cómics.

Entre las obras para primeros lectores, contamos con obras canónicas del sistema de la LIJ en lengua francesa. Ya en el año 1982 se publicaron en euskera cuatro traducciones de la obra de Gabrielle Vincent, Ernest et Célestine, de la mano de la editorial de Barcelona TimunMas y en 2017 se han vuelto a traducir y a publicar dos de estas cuatro traducciones tanto en gallego como en euskera en una coedición entre la editorial gallega Kalandraka y la vasca Pamiela. Asimismo, contamos con las obras de Babar de Laurent de Brunhoff (6 traducciones publicadas en los años 90); según Nières-Chevrel, el elefante Babar es «le premier animal de l’album français» (Nières-Chevrel, 2009: 46). También contamos con las obras de Nancy Delvaux y su personaje principal Camille.

En cuanto a los cómics, se ha traducido sobre todo la serie de Asterix (61) y la de Tintín (27). En ese sentido el sistema de la LIJ vasca no es una excepción, ya que «Los álbumes de Astérix y Obélix se han traducido a muchos idiomas […]. Mateache apuntaba en 2007 que ascendían a más de 150 idiomas y dialectos» (Muñoz-Calvo y Buesa-Gómez 2010: 431). Sin embargo, cabe destacar la iniciativa de la editorial Saure, con sede en Legutio (Álava), que desde 2001 ha publicado 21 cómics de autores como Bob de Groot, David Chauvel o Pierre Veys.

No se deben olvidar autores clásicos como Perrault o La Fontaine, que suponen el 6% de las entradas de nuestro catálogo.[12] Así, estaríamos ante el fenómeno que Nières-Chevrel apunta en su obra (2009: 230) de publicar literatura de la nostalgia, es decir aquellas obras que los editores adultos guardan en su memoria y reeditan para el público infantil. Al mismo tiempo, percibimos la falta de autores como Chalet o Bonzum, que la autora define como los más vendidos dentro del sistema de la LIJ francesa (Nières-Chevrel 2009: 213).

Se podría decir que la mayoría de las obras que encontramos en nuestro catálogo son resultado de iniciativas editoriales que responden a la norma, por ser habituales o numerosas. Sin embargo, existen publicaciones o iniciativas fuera de la norma. Contamos, por ejemplo, con la traducción del escritor y traductor Hedoi Etxarte del cómic Gaston 10 del autor André Franquin. Esta traducción la publicó la editorial bretona Yoran Embanner, y llama la atención que una editorial que sobre todo publica ensayos y libros relacionados con la historia y situación de Bretaña haya publicado una traducción de un cómic al euskera. Se podría decir, por tanto, que se trata de una iniciativa periférica.

Otra inciativa periférica sería la traducción por parte de la editorial parisiense Auzou de la obra Le loup qui voulait changer de couleurs al euskera. Esta obra pertenece a la exitosa colección de Le loup y la editorial parisiense ha decidido traducir uno de los volúmenes a algunas de las lenguas regionales (euskera, catalán, bretón, picardo, alsaciano, occitano y corso). Esta iniciativa también es periférica, aunque algo diferente, porque se trata de una estrategia que engloba toda Francia y su diversidad lingüística. De todos modos, y tal y como hemos podido comprobar, que una editorial francesa que no sea del País Vasco francés y lleve a cabo traducciones al euskera es algo que se sitúa fuera de la norma. Sería interesante observar si esta editorial repite este tipo de iniciativas y, por tanto, no se limite a una acción esporádica.

Cabe señalar que algunas iniciativas no son fáciles de identificar como periféricas o de centro. Por ejemplo, la iniciativa de la editorial Matahami en el País Vasco francés de publicar obras de LIJ bilingües francés/euskera la identificaríamos como periférica si tenemos en cuenta todo el catálogo. Sin embargo, y teniendo en cuenta el mercado del País Vasco francés, podríamos decir que se está moviendo de la periferia al centro del sistema, pues en los últimos dos años han publicado dos obras por año, lo cual puede ser síntoma de una iniciativa que se está volviendo habitual.

5. Conclusiones

En base al análisis descriptivo realizado en este artículo sobre el sistema literario que componen las obras de LIJ francesas traducidas al euskera, se podría concluir que se trata de un sistema centrado en el País Vasco español. Así lo demuestra el número de publicaciones realizadas en un lado y en el otro de la frontera franco-española. Esta conclusión nos lleva a otra bastante lógica y es que el hecho de que una lengua sea oficial hace que también se fomenten las traducciones a dicha lengua.

Así, aunque la primera traducción al euskera de una obra de LIJ francesa se realizase y publicase en el País Vasco francés, la oficialidad y, por tanto, la ayuda institucional, resulta indispensable para el crecimiento cuantitativo de las traducciones al euskera en dicha comunidad.

Se podría decir, por tanto, que casi existen dos sistemas dentro del sistema de traducciones de la LIJ francesa al euskera, uno más estable y afincado en el País Vasco español y otro en el País Vasco francés. El sistema en el País Vasco francés consta, sobre todo, de la iniciativa del centro pedagógico Ikas de crear y traducir material pedagógico en euskera y de la iniciativa por parte de la editorial Matahami de publicar obras bilingües francés/euskera. Esto demuestra que las traducciones en el sistema del País Vasco francés cumplen una función pedagógica y de fomento de la lengua que no cumplen de forma tan clara las traducciones publicadas en el sistema del País Vasco español, donde las traducciones cumplen más bien la función de acumulación de capital (Heilbron y Sapiro 2002).

Además, y aunque el francés es la lengua oficial en el País Vasco francés, no son muchas las traducciones francés-euskera en esta región. Expresando esta última idea de otra manera, también se podría decir que el euskera no es una lengua meta habitual en el País Vasco francés como lo es en el País Vasco español. En el País Vasco español, sí que existe el hábito o la norma de traducir del francés, aunque, según datos de López-Gaseni (2000), se traduce más del español o del inglés. También existe en España un gran intercambio de obras entre la lengua dominante (el español) y las dominadas (euskera, catalán, gallego, asturiano o aragonés). Sin embargo, no observamos este tipo de trasvases entre el francés y las demás lenguas regionales del estado francés.

Parece, por tanto, que no se aprovecha demasiado la vía de comunicación del sistema literario francés. Lo más natural sería que dichos trasvases viniesen de la mano de iniciativas del País Vasco francés y que las traducciones a una misma lengua meta no conociesen fronteras.