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Desde hace décadas, el mundo se enfrenta a múltiples catástrofes de todo tipo. Estas abarcan tanto desastres ecológicos, que suelen estar en el origen de fenómenos naturales cada vez más frecuentes, como graves tensiones geopolíticas, económicas y/o culturales que pueden derivar en conflictos y guerras.
Paralelamente, numerosos países y empresas han adoptado medidas y resoluciones para intentar contener, en la medida de lo posible, los problemas ecológicos que nos afectan. Al mismo tiempo, la tecnología, especialmente Internet y la inteligencia artificial, ha venido, en cierta forma, a redibujar el mundo. Hoy en día, en la mayoría de las regiones del planeta, las fronteras tienen un significado más político y jurídico que realmente social.
A pesar de todas estas transformaciones, el mundo sigue siendo global, y oa gestión internacional se consolida, más que nunca, como la piedra angular para la evolución positiva de las empresas, su desempeño y, en consecuencia, la creación de riqueza a nivel global. Dicho de otra manera, estamos hablando de una de las fuentes fundamentales para la mejora de las condiciones de vida de los seres humanos.
En este contexto, se presentan algunos ejemplos centrados principalmente en cuestiones de resiliencia, es decir, la capacidad de adaptación constantemente renovada con el objetivo de alcanzar una armonización de las prácticas.
El concepto de ecosistema se utiliza, desde el nivel local hasta el nivel internacional, para analizar las nociones de equilibrio y resiliencia. Esta nota de investigación propone una reflexión sobre este concepto central de ecosistema, empleado por economistas/gestores por un lado, y por biólogos/ecologistas por otro. El estudio muestra la confusión derivada de esta doble apropiación y la necesidad de clarificar el significado del concepto cuando es utilizado por los investigadores.
El primer artículo, titulado “¿Cómo afecta el método de medición de las variables a la relación entre internacionalización y rendimiento? Un estudio sobre la industria automotriz” se interesa en el impacto del nivel de internacionalización en el desempeño de la empresa. El objetivo de los autores - Nadine Galy et Denis Lacoste- es mostrar que esto se explica, en parte, por el uso de diferentes métodos para medir las variables. Realizan un estudio sobre el sector automotriz global durante un período de 10 años, utilizando diversos métodos para medir tanto la internacionalización como el desempeño de la empresa. Sus resultados validan su hipótesis en la que sostienen que, al utilizar diferentes indicadores, los investigadores miden dimensiones muy diferentes de la internacionalización y del desempeño de la empresa. Su investigación indica que sería útil volver a análisis más profundos sobre el vínculo entre diferentes formas de internacionalización y diferentes facetas del desempeño empresarial.
En el segundo artículo, Elise Goiseau y Wafa Ben Khaled, utilizando el concepto de negociación cultural y con un estudio de caso cualitativo, buscan comprender cómo los expatriados socializados a su profesión en distintos países negocian sus diferencias en las prácticas profesionales cuando trabajan juntos dentro de las global professional service firms (GPSFs). Su investigación se titula “¿Las empresas de servicios profesionales son organizaciones globales? Un estudio de las prácticas laborales negociadas a través del caso de la expatriación dentro de los Big Four” y sus resultados muestran que los expatriados identifican más o menos las mismas diferencias en las prácticas, pero difieren en la forma de percibirlas y negociarlas. Este trabajo contribuye así a la literatura sobre las tensiones globales/locales dentro de las GPSFs. Los resultados revelan enfoques diferentes hacia el trabajo y relaciones de poder entre GPSFs de distintas nacionalidades, lo que cuestiona una supuesta homogeneidad en las prácticas laborales dentro de estas organizaciones a escala mundial.
El tercer trabajo, escrito por Anastasia Sartorius y titulado “El rol de la sede en la gestión de las múltiples interdependencias de las redes en el contexto de las actividades de venta internacionales”, aborda el rol de las sedes centrales cuestionado a quienes sostienen que el mismo está en declive en las empresas multinacionales (EMN y examinando la función de las sedes en la gestión de las complejas interdependencias de las redes. Esta investigación empírica se basa en tres EMN francesas en el sector B2B. Los resultados ofrecen una comprensión de la naturaleza de las interdependencias entre las redes de clientes y las filiales. Así mismo, en la investigación se destaca el papel crucial de las sedes en la coordinación de las diversas relaciones interorganizacionales y en la integración de las actividades de venta internacionales, al mismo tiempo que median en las tensiones subyacentes de colaboración multilateral entre las filiales.
Finalmente, el cuarto artículo, de Arthur Nguyen, titulado: “La coevolución de las EMNEs y las obras institucionales de los agentes del mercado en las economías emergentes: El caso de las agencias musicales coreanas en Vietnam” se interroga sobre la manera en que Multinacionales de Economía Emergente (EMNE) en las economías emergentes a menudo silencian la evolución de las capacidades simbólicas de las EMNE durante sus trabajos institucionales para dar forma a los mercados locales. Esta investigación colma esa laguna investigando cómo los trabajos institucionales de las agencias musicales coreanas (KMA) coevolucionan con los trabajos institucionales de los actores del mercado vietnamita en la configuración de la categoría musical K-pop. A través de un estudio longitudinal de caso único, repleto de datos de archivo y entrevistas, se identifican el bricolaje cultural y la ingeniería cultural como dos dimensiones de las capacidades simbólicas que las KMA desarrollan durante sus trabajos institucionales. Cuanto más especializada es la categoría de música K-pop, más evolucionan las capacidades simbólicas de las KMA del bricolaje cultural hacia una veradera ingeniería cultural.
Aunque los cuatro artículos presentados aquí contribuyen al análisis de la resiliencia de los actores de la gestión internacional, sus enfoques varían considerablemente. Todos comparten el objetivo de mejorar los procesos de gestión frente a los nuevos desafíos. Algunos precisan conceptos comúnmente utilizados, pero con visiones diferentes (como los ecosistemas); otros, en el mismo espíritu, analizan conceptos fundamentales en el ámbito de la gestión internacional, como el grado de internacionalización y el desempeño, destacando la necesidad de reconsiderar la relación entre ambos para que sea significativa. Otros, además, nos muestran cómo las prácticas laborales varían entre distintas filiales de las grandes empresas multinacionales y cómo pueden establecerse relaciones de poder entre nacionalidades. Se presenta claramente el papel clave del equipo directivo de las multinacionales, que está intrínsecamente relacionado con cuestiones relacionales complejas entre redes. Por último, la investigación final explica cómo las multinacionales de economías emergentes desarrollan sus mercados locales mediante un trabajo institucional de fondo.
Para concluir, estos cuatro trabajos ponen de relieve la diversidad y la riqueza de las temáticas de investigación en el ámbito de la gestión internacional. Fueron seleccionados entre los mejores trabajos presentados en la conferencia Atlas AFMI 2022, celebrada en Niza. Los editores invitados agradecen sinceramente a los investigadores y revisores, quienes han realizado un esfuerzo considerable para llevar estos trabajos a su publicación en este volumen de Management International. Por orden alfabético, se trata de: Hanane Beddi, Ludvine Chalencon, Jean-François Chanlat, Eric Davoine, Noémie Dominguez, J. Nathalie Fabbe-Costes, Jean Marc Ferrandi, Lamia Jaidane-Mazigh, Jacques Jaussaud, Ulrike Mayrhofer, Sophie Nivoix, Viegas Pires, Salomée Ruel, Laurence Saglietto, Jan Schaaper, Marc Valax y Adel Ben Youssef.